A sus majestades los Reyes Magos de Oriente…

Queridos Reyes Magos:

Sé que mando esta carta un pelín tarde, y seguramente no tengáis tiempo para prestarle suficiente atención. Intentaré explicarme lo mejor posible para que no tengáis que reelerla.

Voy a hacer una petición especial adaptándome a la economía actual, y teniendo en cuenta el poco margen que os dejo para buscar los regalos. Estaréis esperando que enumere los abonos de los festivales a los que quiero acudir este verano (sí, ya estoy pensando en lo de siempre), o el tocadiscos que me encantaría tener para empezar a comprar vinilos y olvidarme un poquito de los desprestigiados CDs. Me temo que en esta ocasión no será así.

Tampoco os voy a pedir las entradas de Arctic Monkeys, La Casa Azul o quién quiera que se deje caer por las salas madrileñas en los próximos meses; ni milagros como que The National den algún bolo en la capital.

Quiero una cosa que, a priori puede parecer sencilla pero que cada vez es más difícil conseguir: silencio. Quiero que la gente que acude a los conciertos por ir, o por acompañar a novios, novias o amigos, tenga respeto por los que llevamos meses descontando los días del calendario para que, por poner un ejemplo, Fleet Foxes actúen en La Riviera.

Quiero que se callen cuando no conocen una canción o que al menos tengan la delicadeza de irse al fondo de la sala, o aprovechen para ir al aseo. Quiero que toda esa gente no me distraiga en un concierto, que no me pongan nerviosa y me obliguen a ser una maestra de escuela que reclama silencio.

Sé que os lo he puesto difícil… ¿será posible conseguir algo de educación?

Muchísimas gracias por leerme.

Os deseo buen viaje.

Besos.

Mar Sevilla

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